La cantante colombiana Andrea Echeverri, líder del grupo 'Aterciopelados', presentará en diciembre su tercer trabajo en solitario donde critica la perpetuidad de la cultura patriarcal y y el machismo.
Con este disco, Echeverri reinventa la canción protesta como
herramienta de reflexión y transformación social en un proyecto que,
según confesó en una entrevista, ha sido "un reto de independencia".
"Es importante seguir hablando de feminismo en el siglo XXI porque el machismo existe, aplasta, viola, mata y pega diariamente",
insistió la cantante, un icono de la denuncia social y especialmente de
las atrocidades que causa el conflicto armado en Colombia.
Según Echeverri, "nuestro cuerpo y nuestra sexualidad hay que ubicarlos en el respeto y no en el comercio, vivimos en una hipersexualidad de la cultura de la que la música es parte implicada".
Reconoció que durante más de veinte años ha estado acompañada en su
labor musical de un hombre, el integrante de 'Aterciopelados' Héctor
Buitrago. "Pero llegó un momento en el que tuve la necesidad de asumir el control creativo y participar de todo el proceso", explicó.
De esta ruptura musical, hace cuatro años, cuando lanzó el que
considera su primer trabajo verdaderamente en solitario, 'Andrea
Echeverri II', nace ahora 'Ruiseñora', un trabajo producido, compuesto,
grabado, interpretado y cantado por ella.
"En Aterciopelados había unas exigencias de calidad que me ponían muy nerviosa, terminaba sufriendo con cada disco",
reconoció, al adelantar que "en un par de años" regresará con los
míticos "Aterciopelados", cuando cada uno de los integrantes haya
completado sus proyectos personales.
Echeverri ha optado por la cultura musical de la autogestión y
el "underground", propuestas "que abandonan el carácter masivo" y que
significan el divorcio con las grandes discográficas.
La compositora reivindica la canción protesta, como arma de
empoderamiento de la mujer, frente a las grandes casas de discos que
presentan a la mujer como un objeto sexual.
Para Andrea Echeverri, lo importante es que "cada composición se
convierta en una cosa importante, constructiva, algo para reflexionar".
Con un estilo que ella misma califica de "rocka de altiplano", en alusión al rock femenino y de las zonas andinas de Colombia, la artista mezcla folk, gospel, blues y ranchera, ritmos que ha compuesto a lo largo de este año "encerrada" en su estudio.
El primer sencillo de su último trabajo, "Florence", se inspira en la obra "Conversaciones con violetas: la historia de una revolución inacabada", de la escritora francesa radicada en Colombia Florence Thomas.
En él condena las historias infantiles basadas en el amor del "príncipe azul" y proclama la consigna: "entre las mujeres hagamos conexión".
Para lograr ese objetivo, Echeverri congregó en la grabación de este
tema a 15 cantantes colombianas, entre ellas Silvia O, Eka de
Sidestepper y Li Saumet.
Otras canciones incluidas en el álbum son 'El fusil y la corbata',
'Métetelo', una crítica a la música y la cultura reggaeton, y 'Cuando yo
sea chiquita', inspirada en la convivencia y en su propia maternidad.