Equidad de Género Pereira

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Pereira, Risaralda, Colombia
Equidad de Género de Pereira en el departamento de Risaralda, Colombia, busca promover los derechos de las mujeres, superando la discriminación, previniendo los fenómenos de violencia y fortaleciendo los procesos de organización y participación en la ciudad de Pereira.

domingo, 4 de octubre de 2015

El derecho de las Mujeres a una vida libre de violencias


La violencia de género como violencias cotidianas.

Velázquez, Susana (2003). Violencias cotidianas, violencias de género. Escuchar, comprender, ayudar. Paidos. Buenos Aires.

Tanto las mujeres como los varones suelen ser objeto y sujeto de violencia, aunque la situación de subordinación social de la mujer favorece que ésta se transforme, con mucha mayor frecuencia, en la destinataria de violencias estructurales y coyunturales. Podemos enterarnos de la violencia cuando invade el ámbito público mediante la crónica policial o cuando se establece una norma de visibilidad de los hechos violentos, considerados como “naturales”, en la que se entremezclan lo “público” – la violencia como realidad que padecen las personas- y lo privado –la intimidad de las personas violentadas. La narración la vuelve ostentosa, casi obscena cuando promueve una hipertrofia del escuchar y del ver.

Esta exposición pública cambia de lugar a la violencia y la introduce en la vida de quienes la miran o la escuchan como un hecho más. Así, domesticada y convertida en objeto que se puede tolerar y consumir, la violencia queda neutralizada, anulándose, en muchas personas, su carga negativa y la censura, o se recurre a mecanismos de evitación o rechazo como forma de eludir el malestar que provoca ver y escuchar sobre hechos violentos.

Los mitos y estereotipos conforman el imaginario social acerca de los hechos de violencia contra las mujeres, este imaginario, señala Eva Giberti (1989) “responde a la dinámica de complejos procesos sociales que, en forma de ideologías, privilegian determinados valores, opacando o postergando otros, proponiendo o defendiendo distintas éticas que se autodefinen como las únicas y las mejores”. Este imaginario social actúa sobre el imaginario personal, transformando la ideología que lo promueve en pensamientos  y acciones inmutables y excluidas de todo cuestionamiento.

Estas creencias persisten y se reproducen por consenso social y perpetúan una eficacia simbólica que opera como la verdad misma, se minimizan o se niegan los hechos de violencia considerándolos “normales” “habituales”, se desmienten las experiencias de la mujer y se desvía la responsabilidad de los agresores. 
Se descontextualiza a las personas violentadas considerándolas singularidades aisladas que deben permanecer en el secreto y el silencio. Un silencio que por un lado, ejerce la sociedad, y por otro, las víctimas, desmintiendo los mecanismos sociales de producción y reproducción de las violencias cotidianas. 
Plantearse la necesidad de un saber comprometido y responsable permitirá elaborar diversos modos de acercamiento y apoyo a las personas agredidas para impedir su exclusión psicológica y social.



Violencias y género.

Definición de Naciones Unidas 1993: “es todo acto de violencia que tenga o puede tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual y psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”

Definición de Convención de Belem Do Pará, OEA, 1994: “La violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.

La palabra “violencia” indica una manera de proceder que ofende y perjudica a alguien mediante el uso exclusivo o excesivo de la fuerza. Deriva de “vis”: fuerza. El mismo origen etimológico tienen las palabras violar, violento. “Violentar”significa ejercer la violencia sobre alguien para vencer su resistencia, forzarlo de cualquier manera a hacer lo que no quiere.
Sin embargo, centrarse en el uso de la fuerza física omite otras violencias en las que ésta no se utiliza y que se ejercen por imposición social o por presión psicológica (violencia emocional, invisible, simbólica, económica), cuyos efectos producen tanto o más daño que la acción física. Estas diferentes formas de violencia se evidencian y estudian a partir de los estudios de género que permitieron identificarlas y vincularlas con pautas culturales y sociales diferenciales para varones y mujeres.
La omisión se puede comprender como una estrategia de la desigualdad de género: si las violencias se consideran "invisibles" o "naturales" se legitima y se justifica la arbitrariedad como forma habitual de la relación entre los géneros. Definir la violencia contra las mujeres implica describir una multiplicidad de actos, hechos y omisiones que las dañan y perjudican en los diversos aspectos de sus vidas y que constituyen una de las violaciones a sus derechos humanos.



Qué es la violencia de género y por qué se ejerce mayoritariamente sobre las mujeres?: la violencia, entonces, es inseparable de la noción de género porque se basa y se ejerce en y por la diferencia social y subjetiva entre los sexos. Enfocar el estudio de la violencia sin tener en cuenta al género lleva a un callejón sin salida. 
El género implica una mirada a la diferencia sexual considerada como construcción social (Mary Nash, 2001). Nash propone considerar al género como una interpretación alternativa a las interpretaciones esencialistas de las identidades femeninas y masculinas, estas no son producto de la naturaleza sino una construcción social. 

El concepto de género va a situar a la organización sociocultural de la diferencia sexual como eje central de la organización política y económica de la sociedad. El discurso de género de este nuevo siglo a pesar de su posibilidad de adecuarse a los cambios socioculturales, no se funda aún en el principio de igualdad. Y esta desigualdad es una de las causas centrales de la violencia.

Desde el psicoanálisis, Dio Bleichmar (1985:38) destaca que el concepto de género va a responder al agrupamiento de los aspectos psicológicos, culturales y sociales de la feminidad/masculinidad, y se diferencia del de sexo porque éste está definido por componentes biológicos y anatómicos. Resalta el carácter significante que las marcas de la anatomía sexual adquieren para los sujetos a través de las creencias de la cultura.

El centro de la definición de género se va a asentar en la conexión integral de dos proposiciones: el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que se perciben entre los sexos, y es una manera primaria de significar las relaciones de poder. El género es un campo en el cual, o a través del cual, se articula y distribuye el poder como control diferenciado sobre el acceso a los recursos materiales y simbólicos. El género está involucrado en la construcción misma del poder (Scott, 1993)
Desde estas perspectivas que comprometen los aspectos psicológicos, sociales y culturales de la diferencia entre los sexos y revelan la forma en que se distribuye el poder, vamos a interpretar a la violencia.

Efectos psicosociales.

Violencia de género: abarca todos los actos mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material  y simbólico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral y/o física. Si interrogamos a la violencia ejercida y basada en el género, se hacen visibles las formas en que se relacionan y articulan la violencia, el poder y los roles de género. La asunción acrítica y estereotipada de estos roles genéricos llevará al ejercicio y abuso de poder y esto determinará una desigual y diferencial distribución de poderes generando otra de las causas centrales de la violencia de género. Son violencias cotidianas que se ejercen en los ámbitos por los que transitamos día a día.
Uno de los principales efectos de las violencias cotidianas contra las mujeres es la desposesión y el quebrantamiento de la identidad que las constituye como sujetos. La violencia transgrede un orden que se supone que debe existir en las relaciones humanas. Se impone como un comportamiento vincular coercitivo, irracional, opuesto a un vínculo reflexivo que prioriza la palabra y los afectos que impiden la violencia. Es una estrategia de poder que imposibilita pensar y que coacciona a un nuevo orden de sometimiento a través de la intimidación y la imposición que transgrede la autonomía y libertad del otro.
Uno de los fenómenos más traumáticos producto de la violencia y estudiado por la psicología, el psicoanálisis y los estudios de género es el fenómenos de la desestructuración psíquica: perturba los aparatos perceptual y psicomotor, la capacidad de raciocinio y los recursos emocionales de las personas agredidas impidiéndoles, en ocasiones, reaccionar adecuadamente al ataque.

Datos de UNIFEM confirman que la violencia fe género es un problema de salud pública, destacando que esa violencia es un obstáculo para el desarrollo económico y social porque inhibe la plena participación social de las mujeres. Los efectos de las lesiones corporales y psíquicas comprometen severamente su trabajo y creatividad. Las consecuencias de la violencia sobre la salud física son, entre otras, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, abortos espontáneos, dolores de cabeza crónicos, abuso de drogas, alcohol, discapacidad permanente o parcial. Las consecuencias para la salud mental son el estrés postraumático, depresión, desórdenes del sueño y de la alimentación y resultados fatales como el homicidio y el suicidio.

Hay que considerar estrategias de prevención para combatir y erradicar la violencia de género, centrándose en las causas profundas del problema a fin de ofrecer apoyo y asistencia específica. Será necesario organizar espacios para la sensibilización de la comunidad en esta problemática, para el conocimiento de los DDHH (derechos humanos), para la capacitación de los profesionales, de los medios de comunicación y funcionarios de salud, justicia, policía, educación, etc  y para promover el funcionamiento de servicios especializados de asistencia, prevención e investigación en violencia de género.

















Sobrevivir a la violencia: los alcances de una crisis.
La crisis y sus elaboraciones constituyen un modo de existencia de la subjetividad. Dos acepciones de la palabra crisis: 
1- Indica dificultad, riesgo, peligro, la crisis provoca una ruptura en la continuidad del ser y en sus relaciones con el medio. En las personas que padecen violencia, el equilibrio psíquico con el que podían contar con anterioridad a un ataque se quiebra. La crisis desencadena vivencias de padecimiento, temores, fantasías específicas que pueden promover, en la persona violentada, el riesgo de enfermarse.

2- La otra acepción de crisis es la que pone de relieve el cambio, la decisión, la oportunidad. Implica el análisis crítico y reflexivo de los hechos que la desencadenaron. Crisis significa entonces ruptura de un equilibrio anterior y la búsqueda de un nuevo equilibrio que la misma situación crítica desencadena. Ésta puede dar lugar a diferentes formas de resolución en el contexto de la violencia: desorganización psíquica (arrasamiento de la integridad psíquica) , mecanismos de sobreadaptación, procesos de transformación (darle sentido a lo padecido y reestablecer la continuidad entre el pasado y el futuro mediante la comprensión del presente).

La noción de crisis comprende: 1- el impacto que produce el hecho violento que la desencadenó y 2- el trabajo que debe realizar el yo para su resolución.
En las crisis desencadenadas por acontecimientos traumáticos, el aparato psíquico es invadido por cantidad de estímulos para los que no está preparado, tomando por sorpresa al yo y provocando su desborde y generando fenómenos desorganizativos del psiquismo. A la víctima le sucedió algo que su experiencia previa y su disponibilidad psíquica no le permiten procesar por la masividad del estímulo.



Efectos en la subjetividad.

Los efectos de la violencia dependerán para la resolución de la crisis, de una serie de factores que se articulan en forma variable: tipo de agresión padecida, tiempo de duración de la agresión, gravedad de la agresión, personalidad previa al ataque, apoyo familiar y social.
La mujer agredida experimenta, posteriormente al ataque, un incremento de la ansiedad y la angustia. Se siente insegura, con rabia y miedo, humillada y avergonzada por el hecho de agresión en que estuvo involucrada contra su voluntad. Manifiesta desconfianza, malestar consigo misma y los demás, se siente culpable, duda de las actitudes que tuvo antes o durante la situación de violencia y tal vez hasta crea que ella la provocó.

La mayoría de mujeres atacadas muestran a posteriori una marcada disminución de la autoestima y de la confianza en sí mismas. La posesión por parte del agresor, de lo que es propio de la mujer (el cuerpo, la sexualidad, la privacidad) la hace sentir pasivizada, burlada, con mucha "rabia". Sentimiento de humillación. Según Giberti, la vergüenza opera en el imaginario como un ordenador psicológico y social del género mujer, siendo considerada una cualidad femenina constitutiva de la subjetividad.

En algunos casos recibirá el apoyo y la comprensión a los que tiene derecho, pero en otros, la agresión física y/o sexual de la que fue objeto promoverá comentarios y críticas que convalidan que estos hechos ocurren cuando las mujeres no se ajustan a los estereotipos femeninos.
La adhesión acrítica al imaginario que justifica los actos de violencia contra las mujeres, culpabiliza a la mujer agredida generando un efecto paradójico: falta vergüenza allí donde debería haberla y se extrema la vergüenza en la mujer que fue violentada.

Defensas y recursos de las mujeres.

El bloqueo afectivo producto de un suceso de fuerte carga traumática, hace que estas mujeres no muestren enojo, tristeza, ni lloren, sino simplemente informen. Otras, rechazan u olvidan algunos momentos del acto violento, la presencia de armas o las maniobras físicas del agresor, otras niegan lo sucedido y actúan como si no les hubiera pasado a ellas. Los mecanismos psíquicos que pueden implementar algunas mujeres atacadas son procesos defensivos que tienden a evitar el desarrollo de ideas y afectos intensamente displacenteros. Los mecanismos defensivos, que tienen por finalidad la reducción urgente de las tensiones que surgen frente a peligros de la realidad externa e interna, actúan cuando aparecen situaciones conflictivas  como los hechos violentos.
Las mujeres agredidas disponen además de los  mecanismos defensivos, de otros recursos que utilizaron antes o durante el ataque: persuasión, chantaje emocional, seducción, promesas, son maneras de aferrarse a la idea de vida y sentir que se puede tener controlado el peligro, son medios para lograr el reaseguro y autovaloración.





Los caminos de la crisis.

La crisis promovida por la violencia puede orientarse por lo menos en dos direcciones: en una predomina la autocompasión, el sufrimiento y el dolor que pueden llevar a conductas depresivas o a conductas vindicativas que si persisten a lo largo del tiempo paralizan a la mujer en el lugar de víctima. La otra vía impulsará a que los afectos implicados en la crisis se reorganicen y promuevan con el tiempo, la reflexión crítica sobre la situación violenta y sus efectos (pasaje de una mujer pasivizada por el sufrimiento a ser una mujer dispuesta a implementar una actitud crítica frente a éste, el juicio crítico cuestionará la injusticia de la que fue objeto e irá promoviendo una actitud reflexiva acerca de lo que originó la crisis).

El juicio crítico posibilita objetivar la situación e integrar lo que pasó con lo que ahora se piensa y siente, de modo de lograr un mayor control sobre sí y sobre los efectos de la violencia.

Transitar la crisis con estos componentes significa adquirir un sentimiento de autonomía que permitirá desprenderse de las representaciones del acto violento y del agresor, diferenciarse y tomar decisiones. En el caso contrario, la mujer quedará atrapada en la resignación y el pasivo acomodamiento a los estereotipos femeninos de indefensión y vulnerabilidad.

Para la desvictimización de las mujeres resulta eficaz un proceso que promueva, como dice Giberti, que en lugar de aceptar pasivamente la experiencia de la violencia, ésta se desatribuya, lo que significa poder expulsar de sí lo nocivo y perjudicial. Poner en marcha el juicio de desatribución, significa conectarse de distintas formas con la experiencia vivida. La crisis debe ser pensada como cambio, decisión y oportunidad, es un estado de transición que estimula situaciones de cambio: de ser víctima pasiva y sufriente a ser sujeto activo y crítico de las condiciones que determinaron la violencia.

La palabra, el diálogo significativo con otro, proveerá a las mujeres agredidas, de espacios protegidos y continentes en los que se puedan incluir tanto el dolor, el resentimiento, el odio y la venganza como la autonomía, la autoafirmación y los deseos de recuperación.

Las EPS subsidiadas o contributivas, por la Ley 1257 deben atender desde la salud mental, el alojamiento, transporte y alimentación a las mujeres víctimas de la violencia de sus parejas, exparejas y/o de cualquier otro tipo de agresor que incurra en cualquiera de los cinco tipos de violencia que tipifica la ley: violencia física, psicológica, sexual, económica y patrimonial. 








viernes, 1 de noviembre de 2013

Alemania reconoce un tercer género para los recién nacidoshttp://cnnespanol.cnn.com/2013/11/01/alemania-reconoce-un-tercer-genero-para-los-recien-nacidos/

 (CNN Español) Alemania se convertirá en el primer país europeo en reconocer un tercer género legal para recién nacidos.

El gobierno va a crear una nueva categoría llamada ‘sexo indeterminado’.
Va a permitir a los bebés con características de ambos sexos ser registrados sin un género definido.
La prensa alemana asegura que se trata de una “revolución legal” que está destinada a evitar sufrimientos innecesarios a personas que nacen sin que se sepa a ciencia cierta si son hombres o mujeres.
La nueva legislación brinda además la posibilidad de que en el futuro —una vez estas personas sean adultas— puedan escoger si quieren estar bajo la categoría masculina o femenina.
También ofrece la oportunidad de quedarse bajo la categoría del tercer genero.
En Alemania, aproximadamente unos 400 bebés nacen al año sin que se sepa a ciencia cierta su género.
A pesar de la importante connotación humana de la nueva ley, aún quedan algunas interrogantes, como por ejemplo en qué manera la ley afectará el uso del género en documentos oficiales como los pasaportes, donde hay que escoger entre una M y una F.
Además, se desconocen las consecuencias de no tener una identidad sexual jurídicamente establecida en materia de matrimonio o unión civil.

jueves, 22 de agosto de 2013

La Iglesia, ¿contra las bodas gay? No siempre ha sido así

Cuando los cristianos casaban homosexuales

Según varios historiadores, en la Edad Media fueron numerosas las uniones masculinas

Redacción, 17 de agosto de 2013 a las 11:08

Arnaud Gonzague, Nouvel Observateur).- Es bien conocido el mantra: el matrimonio -por supuesto, el cristiano- es la unión de un hombre y de una mujer. Excepto que la iglesia de la Edad Media ha celebrado -eso parece- bodas homosexuales. Se sabe gracias al historiador americano John Richard Boswell ("Las uniones del mismo sexo en la Europa antigua y medieval")[1]. Él fue quien descubrió que los cristianos griegos de los siglos X y XI bendijeron oficialmente "uniones del mismo sexo".
Semejante consideración enfurece a la actual iglesia ortodoxa, que jura que sólo se trataba de castas "confraternizaciones". Es posible.

Sorprendente icono 



Sin embargo, un sorprendente icono del Monte Sinaí representa la unión de dos santos varones del siglo IV, San Sergio y San Baco, con Jesús, que tiene todo el aspecto de ser un "pronubus" (testigo de boda).



Boswell afirma que existían análogas "disposiciones para bendecir la unión de dos hombres" entre los cristianos eslavos desde el año mil, que habrían perdurado en Europa hasta la época moderna.
En la Francia de la Edad Media también hay señales: según el medievalista Allan A. Tulchin, existían especiales uniones masculinas, los llamados "contratos de hermanamiento" por los que los "hermanos" ("affrèrés" - "frères") se comprometían, delante de testigos, a vivir juntos compartiendo "pan, vino y bolsa".



Evidentemente, nadie está en condiciones de comprobar las consecuencias concretas de esta amable cohabitación, pero una cosa es clara: ninguno de los buenos cristianos de aquel tiempo se escandalizaba por ello.
[1] "Les unions du même sexe dans l'Europe antique et médiévale", Fayard, 1996.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Nueve mujeres han sido asesinadas durante el 2013 en Risaralda

Hubo 121 casos de delitos sexuales en 2012, y este año ya se conocen 132. Otras denuncias comunes son las de maltrato intrafamiliar.


En lo que va corrido del 2013, nueve mujeres han sido asesinadas, en hechos que son materia de investigación de las autoridades.

Es preocupante, que en el 2012, 13 mujeres murieron en hechos de sangre y ahora  faltando cuatro meses par terminar el 2013, ya han ocurrido 9 feminicidios, por diferentes circunstancias.

Uno de los casos más recientes es el de Kelly Johanna González, quien fue víctima de un atentado frente al CAI de San Nicolás cuando fue baleada mientras conducía un vehículo. González falleció el sábado, tenía 32 años y fue compañera sentimental de Henry Álvarez Londoño, conocido como ‘El Cebollero’, quien también fue asesinado el pasado 29 de abril.

Es decir, la cifra podría aumentar al terminar este año. El año pasado 1587 mujeres fueron víctimas de todo tipo de violencia de género. 

De esta cifra, 13 fallecieron por atentados contra sus vidas, mientras que otras  121 resultaron víctimas de delitos sexuales.
En cuanto a lesiones comunes 658 mujeres sufrieron lesiones comunes en la capital de Risaralda.

La violencia intrafamiliar es la que más afectadas registra, según los datos de la Policía Metropolitana, con unas 795 en 2012.

Casos de este año

495 mujeres han sido víctimas de lesiones comunes, según información de las autoridades de policía de Pereira.
Otras 132 han sufrido abusos sexuales, reportándose 11 casos más que el año pasado.

Por violencia intrafamiliar, 638 denuncias han llegado a manos de las autoridades, es decir, 157 casos menos que en el año anterior.

Esto en cuanto a los casos que se denuncian de violencia contra la mujer, pero hay muchos más que permanecen ocultos porque las víctimas sienten temor a denunciar, excusan a su agresor, o después del episodio lo perdonan.

Delitos 2012-2013
                                   2012    2013    DIFERENCIA
Homicidios                      13        9            -4
Lesiones comunes          658      495        -163
Delitos sexuales             121      132          11
Violencia intrafamiliar      795      638        -157

Lo que dice la ley
La ley 1257 de 2008 establece todas las formas de violencia que existen y que no todas las personas reconocen, pues la mayoría las asocia con maltratos y asesinatos y, aunque son las más graves, es importante identificar las demás (violencia económica, psicológica, patrimonial, entre otras).
 Semana Mundial de Lactancia Materna 2013
Del 1 al 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, destinada a fomentar la lactancia materna, o natural, y a mejorar la salud de los bebés de todo el mundo. 

 
 La lactancia natural es el mejor modo de proporcionar al recién nacido los nutrientes que necesita.

La OMS la recomienda como modo exclusivo de alimentación durante los 6 meses siguientes; a partir de entonces se recomienda seguir con la lactancia materna hasta los 2 años, como mínimo, complementada adecuadamente con otros alimentos inocuos.




 La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su familia y del sistema de atención de salud. 
 
La OMS recomienda el calostro (la leche amarillenta y espesa que se produce al final del embarazo) como el alimento perfecto para el recién nacido, y su administración debe comenzar en la primera hora de vida. Se recomienda la lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida. Después debe complementarse con otros alimentos hasta los dos años.


Con la Semana Mundial se conmemora la Declaración de Innocenti, formulada por altos cargos de la OMS y el UNICEF en agosto de 1990 con el fin de proteger, promover y respaldar la lactancia materna.

Apoyo a las madres que amamantan: cercano, continuo y oportuno.

El tema de la Semana Mundial de Lactancia Materna (SMLM) de este año, “Apoyo a las madres que amamantan: cercano, continuo y oportuno!” destaca la importancia del apoyo de la lactancia durante el embarazo y los días o semanas críticos después del parto. Una fuente de este apoyo en las sociedades contemporáneas son las consejeras, que puede ser cualquier persona de la comunidad capacitada para apoyar a las madres en su decisión de amamantar. 

Estas consejeras se convierten en el sustento de las madres con dudas y problemas relacionadas con la lactancia materna. Su apoyo diario y continuo a la madre que amamanta puede ser crucial para las buenas prácticas de lactancia materna para un período más prolongado.


 
 
La OMS recomienda que a los seis meses (180 días) se empiece a dar a los lactantes alimentos complementarios, además de leche materna: 2-3 veces al día entre los 6 y 8 meses de edad, y 3 veces al día más un refrigerio nutritivo de los 9 a los 11 meses. 











































Entre los 12 y los 24 meses, deben dárseles tres comidas y pueden ofrecérsele otros dos refrigerios nutritivos, si lo desean. Los alimentos deben ser adecuados, es decir, que proporcionen suficiente energía, proteínas y micronutrientes para cubrir las necesidades nutricionales del niño en crecimiento. 

Los alimentos deben prepararse y administrarse de forma higiénica para evitar al máximo el riesgo de contaminación. Alimentar a un niño pequeño requiere una atención activa y estimulación para animarlo a comer.
 
La transición desde la lactancia materna exclusiva hasta el consumo de los alimentos de la familia es un periodo delicado. Es la época en la que muchos niños pequeños comienzan a padecer problemas de nutrición, lo que contribuye sobremanera a la elevada prevalencia de la malnutrición entre los niños menores de cinco años en todo el mundo. Es fundamental, pues, que los niños pequeños reciban alimentos complementarios apropiados, suficientes y seguros para que el paso de la lactancia a la alimentación familiar se produzca sin problemas.


Un objetivo mundial en materia de igualdad de género, derechos de las mujeres y empoderamiento de las mujeres.

 Apenas pasa un día sin que llegue a las noticias alguna violación de los derechos de las mujeres. En los últimos meses, horrorosos episodios de violencia contra mujeres y niñas, que han ocurrido desde Nueva Delhi hasta Johannesburgo y Cleveland, han provocado la indignación pública y dado pie a reclamos de que se ponga fin a estos espantosos abusos.


En Bangladesh y Camboya, la escandalosa pérdida de vidas de trabajadores del sector textil, muchas de ellas mujeres, desató un debate mundial sobre cómo garantizar empleos seguros y decentes en nuestra economía globalizada. En Europa sigue dando lugar a titulares el impacto desproporcionado que han tenido los recortes de austeridad sobre las mujeres, así como el uso de sistemas de cuotas para que las mujeres ocupen puestos en las juntas corporativas.

Aunque las mujeres han logrado verdaderos avances, los hechos nos recuerdan continuamente que todavía queda mucho por hacer para hacer realidad la igualdad entre hombres y mujeres.
Cuando firmaron la visionaria Declaración del Milenio en el año 2000, las y los líderes mundiales reconocieron que la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas son omnipresentes. Entre los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio incluyeron el que se refiere a promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Estos objetivos tienen fecha de cumplimiento en 2015, por lo que ahora estamos en una carrera para alcanzarlos. También nos encontramos en medio de un diálogo mundial acerca de lo que debería reemplazarlos. Ha llegado el momento de que las mujeres salgan de los márgenes y pasen al centro.
En una nueva agenda de desarrollo posterior a 2015, debemos aprovechar los logros de los ODM y a la vez evadir sus carencias. Todas y todos están de acuerdo en que los objetivos han impulsado avances para reducir la pobreza y la discriminación, y promover la educación, la igualdad de género, la salud y el acceso al agua potable y el saneamiento.

El objetivo de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres hizo un seguimiento de los avances en materia de matriculación escolar, participación de las mujeres en el trabajo remunerado y el porcentaje de mujeres en el parlamento, y atrajo la atención mundial al tiempo que estimuló la implementación de medidas diversas. Permitió exigir la rendición de cuentas a los gobiernos, movilizar los recursos necesarios, fomentar la promulgación de nuevas leyes, la ejecución de políticas y programas y la recopilación de datos.
No obstante, hay omisiones manifiestas. Es notorio que falta una referencia a la erradicación de la violencia contra mujeres y niñas. Otros asuntos fundamentales también están ausentes, por ejemplo, el derecho de las mujeres a ser propietarias de bienes y la división desigual de las responsabilidades domésticas y de cuidado de la familia.

Al no abordar las causas estructurales de la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas, el progreso hacia la igualdad se ha detenido. De todos los ODM, el que ha obtenido un menor progreso ha sido el ODM 5: reducir la mortalidad materna. El hecho de que este sea el objetivo más difícil de alcanzar es una prueba de la profundidad y el alcance de la desigualdad de género.

A fin de impulsar un avance mayor, ONU Mujeres propone la adopción de un objetivo independiente que aborde el logro de la igualdad de género, los derechos de las mujeres y su empoderamiento, que se apoye en los derechos humanos y afronte las relaciones de poder desigual. Concebimos tres áreas que requieren medidas urgentes.

En primer lugar, poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas debe ser una prioridad. Desde la violencia sexual en los campamentos de Haití, Siria y la República Democrática del Congo, hasta la violencia a manos de un compañero sentimental en los Estados Unidos y otros países, esta violencia causa daños físicos y psicológicos incalculables. Se trata de una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos y acarrea costos inmensos para las personas, las familias y las sociedades.

En segundo lugar, mujeres y hombres deben tener igualdad de oportunidades, recursos y responsabilidades para que la igualdad sea una realidad. Es preciso abordar con renovada urgencia la paridad del acceso a la tierra y el crédito, a los recursos naturales, la educación, los servicios de salud, incluidos los de salud sexual y reproductiva, el trabajo decente y la igualdad de remuneración. Se necesitan políticas, como las referidas al cuidado de los niños y la licencia maternal o paternal, que alivien la doble tarea de las mujeres con trabajo remunerado, para que mujeres y hombres puedan disfrutar de igualdad en el trabajo y en el hogar.

Y en tercer lugar, es preciso escuchar las voces de las mujeres. Ha llegado el momento de que las mujeres participen en pie de igualdad en la toma de decisiones en el hogar, en el sector privado y en las instituciones de gobierno. A pesar del progreso alcanzado en los últimos años, las mujeres ocupan sólo el 20 % de los escaños parlamentarios y el 27 % de los cargos judiciales. Para que la democracia sea significativa e inclusiva es preciso amplificar las voces de las mujeres y su liderazgo en todos los ámbitos, públicos y privados.

Toda nueva agenda para el desarrollo debe apoyarse en acuerdos de derechos humanos ya firmados por los gobiernos. Esto incluye la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, la Plataforma de Acción de Beijing de 1995 y las resoluciones de las Naciones Unidas, entre las que se encuentra el reciente acuerdo de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer sobre la eliminación y prevención de todas las formas de violencia contra mujeres y niñas.

Hay abundantes pruebas de que los países donde las mujeres tienen una condición más elevada también disfrutan de mejores niveles de desempeño social y económico. También hay pruebas que pueden orientar a los países sobre lo que en efecto funciona, desde las políticas equitativas en el mercado laboral, hasta la eliminación de leyes y políticas discriminatorias, la universalidad de los servicios de protección social y los servicios sociales, así como las reformas de los sistemas de seguridad y justicia para poner fin a la impunidad de la violencia contra mujeres y niñas. El activismo de los movimientos de mujeres en todo el mundo ha sido fundamental para exigir e impulsar los cambios en todas estas áreas.

Las deliberaciones para dar forma a la agenda para el desarrollo posterior a 2015 ofrecen una oportunidad auténtica para impulsar cambios duraderos en materia de derechos e igualdad de las mujeres. Un objetivo mundial fuerte puede llevar a nuestras sociedades al punto de inflexión de rechazar la violencia y la discriminación contra las mujeres y las niñas, y desplegar el potencial de la mitad de la población, para que podamos tener un mundo más pacífico, justo y generoso y un planeta sostenible.
Lakshmi Puri, Jefa interina de ONU Mujeres y Subsecretaria General de las Naciones Unidas

viernes, 29 de marzo de 2013

Lenguaje SEXISTA. Primera parte

El lenguaje no es una creación arbitraria de la mente humana, sino un producto social e histórico que influye en nuestra percepción de la realidad. 

Al transmitir socialmente al ser humano las experiencias acumuladas de generaciones anteriores, nuestro pensamiento determina la visión del mundo, que cada persona construye.



En la mayoría de casos, nuestras expresiones ponen en evidencia la concepción de un mundo donde las otras personas son percibidas siempre desde la diferencia

Los estereotipos no son más que estados de opinión que crean categorizaciones y que divide a las personas por grupos. Todo ello, aplicando acciones basadas en un triple planteamiento (Tajfel, 1969).


En primer lugar, a través de un juicio comparativo de rasgos personales. En segundo lugar, a través de  una clasificación en grupos concretos y, por último, de una simplificación de la “realidad” con una tendencia a exagerar las diferencias entre grupos considerados “distintos” y a minimizarlas dentro de grupos que se consideran “iguales” (García & Leva, 2008, p. 21).


Los estereotipos sexistas o de género son “el resultado de los procesos de categorización, donde se identifican dos grupos sociales, de hombres y mujeres, con una atribución estereotipada de sus características” (García & Leva, 2008, p.21). 

El sexismo suele atribuir actitudes sociales más reconocidas y, por tanto, positivas a hombres. Como contraposición, consideran a las mujeres de forma inferior o ante acciones que no tienen un reconocimiento social siendo estereotipadas de forma desfavorable sin ser consideradas sujetas autónomas ni ciudadanas en igualdad de condiciones.  

Al respecto decía Pierre Bourdieu: "Nacer mujer es nacer con un coeficiente simbólico negativo".

A grandes rasgos, podemos decir que el imaginario que el lenguaje potencia sobre las mujeres poco tiene que ver con su valía personal ni con todos aquellos campos que tienen, a posteriori, un reconocimiento real sobre las personas y sobre su aportación al conocimiento o al progreso; por ejemplo, quedan totalmente invisibilizadas en todo lo relativo a la ciencia o lo estrictamente profesional. 

Los prejuicios sexistas que el lenguaje transmite sobre las mujeres, son el reflejo del papel social atribuido a éstas durante generaciones

A pesar de que el papel de las mujeres en la sociedad ha experimentado desde principios de nuestro siglo, particularmente en las últimas décadas, profundas transformaciones, los mensajes que el lenguaje sigue transmitiendo sobre ellas refuerzan su papel tradicional y dan una imagen de ellas relacionada con el sexo y no con sus capacidades y aptitudes, intrínsecas a todos los seres humanos.


El lenguaje sexista se refiere entonces a la discriminación de personas, que se manifiesta en el lenguaje, de un sexo por considerarlo inferior al otro. 
Ésto se da en dos sentidos: por un lado, en lo que concierne a la identidad sexual de quien habla y por otro en lo que se refiere al tratamiento discriminatorio que sufren las mujeres en el discurso ya sea por el término utilizado o por la manera de construir la frase.

Lenguaje sexista hace referencia al lenguaje de rasgos con prejuicios culturales de género, esto es, derivados del machismo,de la misoginia, de la misandria, o de un real o aparente desprecio a los valores femeninos o masculinos.


En idiomas como el español el género gramatical tiene por forma no marcada el masculino de los sustantivos y adjetivos, de forma que pasa a ser el género masculino el inclusivo o incluyente frente al femenino marcado, que pasa a ser el género exclusivo o excluyente: "Los alumnos de esta clase" incluye a hombres y mujeres, pero "las alumnas de esta clase" excluye a los varones.

Por otra parte el femenino suele tener connotaciones semánticas despectivas en español (oposición zorro / zorra; hombre público / mujer pública; ser un gallo / ser una gallina) o de cosificación y pasividad (impresor / impresora). 



Estas diferencias se perciben también a nivel léxico (algo es "cojonudo" si es bueno, un "coñazo" si es malo, o en algunos países de Latinoamérica guevón, sinónimo de torpeza y cuquito, sinónimo de tierno) y existe tendencia a identificar lo masculino con manifestaciones de voluntad o de violencia. 
Si los hombres ocupan una posición de autoridad, se les nombra con el apellido, pero a las mujeres se prefiere tratarlas con el nombre de pila.

El sexismo en la denominación de títulos oficiales, profesiones, cargos u oficios, se puede corregir a través de diversos procesos de Feminización. 

Uno de estos procesos es el legislativo. A título de ejemplo, en España se dictó la Orden Ministerial de 22 de marzo de 1995, por la que se adecua la denominación de títulos académicos oficiales a la condición femenina o masculina de quienes los obtengan.

Tradicionalmente el lenguaje ha reflejado como un espejo los prejuicios cognitivos de la cosmovisión asumida por una sociedad, ayudando a instaurarlos y perpetuarlos. Lo más corriente entre las culturas hispánicas es la minusvaloración de la mujer. 

Por esto "el lenguaje incluyente es sencillamente una herramienta de reparación histórica" lo expresa Florence Thomas, psicóloga colombiana.